20 enero, 2008

(entonces, vacaciones)

En realidad ahora no sé si prefiero estar con campera y bufanda (que en invierno uno siempre tarda unos pares de minutos para verse bien con tanta ropa encima), o estar con bermudas y una musculosa con tiras porque hace 38° de sensación térmica y a la noche refresca bajando unos 20 grados que no me apetece en lo más mínimo. Y también ésto de haber estado jugando al pindall, a la viborita, durmiendo e imitando a las profesoras en los módulos largos conlleva al (malditofastidiosoagotadorcansador) estudio en diciembre enero febrero, y el tan temido: marzo.
Aparte de que el calor no es una buena compañía para abombantes resúmenes y horas de lectura, el hecho de que mitad de la población de Buenos Aires se encuentre en las afueras de capital (probablemente sufriendo pero por quemaduras de estar expuestos a escasos minutos en el sol), hace que mi concentración sea peor aún, porque busco excusa para el recreamiento en la televisión, computadora, o con el simple descanzo de la cama. Claro, son las Vacaciones, (un tiempo lamentablemente determinado para los estudiantes, especialmente), y me pregunto "¿por qué es que estoy 6 horas estudiando?"-pucha, ¿qué estudiante antes de que su apellido sea el próximo en la lista de los interminables orales, o después de recibir la peor nota de matemática determinando que oficialmente se lleva la materia a marzo o tal vez, porqué no en una fría mañana de agosto en donde la bendita alarma suena a las 6.14 de la mañana (y tu cuerpo ruega quedarte al menos 5 valiosos minutos más en vez de pisar un pie sobre el piso) no pensó en el calor, las olas y el viento, mucho sucudúm y despertarse a la hora en que te tomás en desayuerzo, entre las 3 y 5 de la tarde (que admitámoslo, es una vez mezcla de milanesas con chocolatada), y algunos estemos acá, pudriéndonos lentamente con anuncios idiotas de la televisión y conversaciones cada vez con menos sentido en el messenger.
Las vacaciones son para disfrutarlas sin preocupaciones ni ocupaciones, esa es la lección que aprendí después de tener miedo al rendir 4 materias el mes que viene.


Como dijo una profesora el año anterior: "Los vivos del invierno, son los bobos del verano".- (Quién diría que esa frase me quedó grabada mientras marcaba el puntaje 1.500 en el celular de una amiga)