17 octubre, 2010

20 mayo, 2010

Irresistiblemente deliciosos


Los odio, hijosdeputa.

Hace un par de semanas casi como un impulso, compré estos endemoniados bocaditos Cabsha para conseguir vuelto y tomarte el colectivo.
Pero a medida que iba pasando Av. Monroe y mordía este chocolate, el dulce de leche atravesaba mi garganta llenandome de un frenesí adictivo y seductor.



No puedo parar de comerlos, no puedo.
No caigan en la tentación, oh mis queridos lectores, no no.
Piensen, es sólo un chocholate. Un cautivante delicado elegante apetecible satisfactorio escultural primoroso encantador, chocolate.

16 mayo, 2010

oh man

Pasaron muchas cosas y me da un poco de bronca que me cuelgue mucho con el blog, apesar de todo, me gusta este espacio.


Voy a empezar diciendo que empecé la escuela, y me encanta. Me acuerdo del primer día que tuve un sentimiento similar a comenzar las clases en 1º año, o la primaria. Estaba tan nerviosa que incluso no lograba caer de que estaba ya en Fotografía. Fue genial.
Ya pasaron 2 meses y no puedo estar más conforme. Pronto voy a subir fotos para que conozcan a los chicos, son uno más divino que el otro.

Hoy es domingo, y mamá acaba de traerme una porción de budín de limón. Te mando un gran abrazo, pronto vuelvo y cuento un poco más.

Emily-

29 marzo, 2010

¡Todo era amor!

¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M,
con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!