20 mayo, 2010

Irresistiblemente deliciosos


Los odio, hijosdeputa.

Hace un par de semanas casi como un impulso, compré estos endemoniados bocaditos Cabsha para conseguir vuelto y tomarte el colectivo.
Pero a medida que iba pasando Av. Monroe y mordía este chocolate, el dulce de leche atravesaba mi garganta llenandome de un frenesí adictivo y seductor.



No puedo parar de comerlos, no puedo.
No caigan en la tentación, oh mis queridos lectores, no no.
Piensen, es sólo un chocholate. Un cautivante delicado elegante apetecible satisfactorio escultural primoroso encantador, chocolate.

1 comentario:

Mar e a dijo...

Hola ponjilín, creo que agoto los medios comunicativos y cruzo el océano cybernético para dejarte un saludito invernal, un abrazo lleno de lanas y camperas.
Te quiere mucho,
Martirio (lindo apodo me elegiste)